Aniversario de Lima: ¿podemos mirar la ciudad con optimismo?

Si el sol dispara la serotonina, la hormona de la felicidad, un cielo de nubes oscuras, como es el de Lima nueve meses al año, puede afectarnos el ánimo. El sol radiante nos levanta el espíritu apenas se asoma, pero es verdad que el tránsito estancado y el verano no son los mejores amigos del buen humor.

Pero ¿acaso al limeño lo define el clima, el color del cielo o cómo avanzan los carros en su ciudad? Es más que seguro que no es así. Porque pese al cielo gris no somos ni tristes ni ensimismados, más bien somos alegres y cálidos, creativos e ingeniosos. Y muchos de nosotros estamos ansiosos por transformar nuestro entorno, desde la problemática vial hasta la situaciones nacionales más adversas.

Entonces, ¿qué cosa nos hace lo que somos? ¿Qué nos diferencia de los habitantes de otras ciudades y de otras capitales del mundo? Con motivo del 484 Aniversario de Lima, que se celebra este 18 de enero, conversamos con un grupo de personas con distintas profesiones y pasiones para que nos cuenten su relación activa y su mirada sobre esta ciudad.

Eloy Jáuregui, periodista y escritor, hace un recorrido por lo histórico y por las múltiples identidades que cohabitan en Lima para describir lo más destacable y valioso que ha tenido y tiene la ciudad. “Al ser Lima un conglomerado de identidades hay que rescatar lo mejor de cada cual”, dice él. “Por ejemplo, de la Lima de la República Aristocrática recuperaría el orden de su utopía. De la Lima de los cincuenta del siglo pasado su poesía y música. De la urbe de los ochenta, la conquista de sus arenales y su sobrevivencia. Pero sobre todo, hay que rescatar el proyecto arcádico de un orden que cada vez se diluye”.

Alejandro Egusquiza, ingeniero industrial de profesión, coincide con este espíritu reordenador. Alejandro es responsable del canal Lima Change, un espacio en el que de forma didáctica se explican diversos problemas de la ciudad y se proponen soluciones prácticas e innovadoras.

Lo suyo es generalmente una mirada crítica, pero al mismo tiempo optimista. “Si yo hago esto por la ciudad es porque creo en su potencial”, dice él. Pero asegura que es básico tener un rumbo. “Lo que yo pienso es que es muy importante tener una visión clara de la ciudad. Hacia dónde quieres ir. Y lo que yo propongo es mirar hacia las 10 mejores ciudades del mundo para vivir. A menudo, hay que tomar decisiones y hay que preguntarnos: ¿esto nos acerca a ser una ciudad del top 10 mundial? ¿Sí o no? Si es ‘no’, descartada. Si es ‘sí’, vamos para adelante”.

Mariana Alegre, directora de la organización Lima Cómo Vamos, comparte esta mirada optimista y asegura que la verdadera transformación de la ciudad no está necesariamente en la infraestructura, sino en un cambio de mentalidad. “La ciudad no se hace de edificios, se hace de personas”, opina ella. Y es justamente de este punto de donde parte su mirada entusiasta.

“Hemos visto el surgimiento de cada vez más grupos, personas y organizaciones dedicadas al activismo ciudadano. Los limeños somos cada vez más demandantes y exigimos más a la autoridades. Y esto es positivo a nivel de debate, pero también a niveles prácticos. Poco a poco va cambiando la mentalidad y la conciencia ciudadana se va haciendo transgeneracional e interdisciplinaria”.

En general, aunque esta es una pequeña muestra, parece haber, ahora más que nunca, una mirada común que ve con optimismo el desarrollo de Lima. Porque sus ciudadanos estamos empezando a protegerla y a entendernos como parte de un grupo de identidades múltiples que quiere cambios y progresos. ¿Qué es entonces lo que nos define últimamente? ¿Es el clima, el tránsito o el cielo gris? ¿O será que estamos todos en una transformación positiva y que poco a poco, aunque aún haya mucho por hacer, nos estamos convirtiendo en mejores ciudadanos?

Nosotros, desde este pequeño espacio, nos sumamos a esta mirada entusiasta y al compromiso de seguir cuidando y protegiendo esta ciudad que cada día forma mejores ciudadanos.